El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, aprovechó ayer su intervención ante el plenario de la Asamblea General para anunciar que se desvincula de los Acuerdos de Oslo, firmados en 1993 con Israel y que han ido quedando en papel mojado. El líder palestino calificó de “insostenible” la situación por la que atraviesa el pueblo palestino por las políticas de Israel. Su respuesta, sin embargo, no será el recurso a la violencia, sino por medios jurídicos para conseguir que Israel asuma sus responsabilidades como potencia ocupante.
Abbas recordó que los Acuerdos de Oslo de 1993 estipulaban que sus términos se aplicarían en cinco años, culminando con la independencia plena de Palestina y el fin de la ocupación de Israel. “Pero Israel dejó de completar el proceso de retirada de sus fuerzas”, lamentó, a la vez que señaló que se han intensificado los asentamientos “por todos lados” y eso está poniendo en riesgo todo el proceso. También citó que no se está respetando el pacto en materia de seguridad y económicos.
Por todo esto, considera que Israel está destruyendo la fundación misma sobre la que se basan los acuerdos. “Mientras rechacen comprometerse”, continuó, “no nos dan otra opción que insistir en que no seremos los únicos comprometidos con su aplicación, mientras Israel los siga violando”. Ante esta situación, dijo que va a acudir “a todos los medios jurídicos disponibles” para defenderse.
Los Acuerdos de Oslo, firmados por el entonces líder palestino Yasir Arafat y el primer ministro israelí Isaac Rabin, posteriormente asesinado, son la base sobre la que han pivotado las relaciones entre Israel y la ANP. El pacto estaba concebido para ser temporal, pero no fue completado y, a falta de un acuerdo de paz definitivo, ha seguido siendo el marco entre ambas partes.
“Aquellos que temen a los tribunales internacionales deben dejar de cometer crímenes”, señaló Abbas al denunciar que el recuso a la fuerza por parte de Israel está generando una situación que calificó de “explosiva” y que no hace más que incrementar el odio de los extremistas en toda la región. También emplazó a los miembros de las Naciones Unidas a hacer su parte en la solución del conflicto. “Es inconcebible que la cuestión palestina no se resuelva después de tantos años”.
En su opinión, el estancamiento que sufre el proceso no hace más que “destruir la solución de los dos Estados”. Abbas dejó muy claro que la autoridad palestina no va a permitir que impongan soluciones temporales al conflicto ni un estado fragmentado. “Se nos ha agotado la paciencia”, repitió en varias ocasiones, al tiempo que anticipó que los palestinos no van a “claudicar” ante la intimidación constante que sufre su pueblo y la amenaza a la que se someten sus lugares de culto.
El anuncio del presidente de la Autoridad Nacional Palestina es una muestra más de la tensión creciente que dominada las partes en el conflicto. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reaccionó poco después a las palabras de Mahmud Abbas con un comunicado en el que asegura que el discurso del líder palestino de “engañoso y promueve la incitación y el desorden en Oriente Medio”.
La intervención del líder palestino se produjo mientras en paralelo se celebraba una reunión del Consejo de Seguridad dedicada a debatir sobre cómo afrontar la amenaza del terrorismo en Oriente Medio. Abbas aprovechó el estrado del plenario para decir que “los que desean promover la paz y luchar contra el terrorismo deben resolver antes la cuestión palestina”. “Desde Palestina y con Palestina se alcanzará la paz”, repitió, “así es como queremos vivir”.
Izado simbólico
Poco después del discurso, la bandera de Palestina se alzó frente al cuartel general de las Naciones Unidas, junto a los pendones que representan a los 193 países que integran el organismo creado para garantizar la paz. Se trata de un gesto simbólico, porque con el izado no se le reconoce como Estado, y un respaldo internacional a la aspiración del pueblo palestino de que algún día será miembro de pleno derecho de la comunidad internacional.
La ceremonia, con un marcado carácter político, tuvo lugar en una jornada lluviosa en Nueva York. Previamente en la Asamblea General, el líder palestino defendió el pleno reconocimiento de su Estado. En el acto, que contrastó con la discreción del izado de la bandera vaticana el pasado viernes, participó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y representantes de otras delegaciones diplomáticas.
Es la primera vez en los 70 años de historia de las Naciones Unidas que se permite enarbolar las banderas de los dos estados observadores en la entrada a la sede del organismo y de sus edificios. El momento en el que se produce el izado es crítico en Oriente Medio, con el proceso de paz completamente paralizado y con el Consejo de Seguridad mostrándose incapaz de encontrar una salida a un conflicto por sus divisiones internas.
El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, participó en el acto “como amigo de Israel y como amigo de Palestina”. El jefe de la diplomacia española reiteró que “solo la solución de los dos estados permitirá traer la paz, la estabilidad y el desarrollo” a la región. La delegación española defiende que el reconocimiento pleno de Palestina como estado debe suceder en el marco del proceso de paz.
La resolución de la Asamblea General que permite a las misiones de los dos estados observadores a izar sus banderas fue adoptada el pasado 10 de septiembre. La iniciativa contó con el apoyo 119 países, frente a solo ocho rechazos, entre ellos los de EE. UU., Israel, Australia y Canadá. El resto se abstuvo por cuestiones meramente técnicas, al considerar que no era oportuno hacerlo si Palestina y Vaticano no tenían el estatus de miembro pleno.
Gesto “vacío”
Israel dejó claro durante el debate que se trataba de gesto simbólico “vacío”, que beneficia más a los líderes palestinos que a su pueblo, y dijo que la paz solo será posible en Oriente Medio si hay concesiones. Francia, por su parte, apoyó la resolución porque la vio como paso natural en el esfuerzo por lograr la paz. “Los simbolismos son importantes en política”, dijo su representante.
La Asamblea General ya decidió en 2012 elevar el estatus de observador de la Autoridad Palestina al de “Estado observador no miembro”. EE. UU., a través de su embajadora, señaló durante el controvertido debate de la resolución que el izamiento de la bandera no representa una alternativa a las negociaciones entre palestinos e Israel ni tampoco acercará a las partes a la paz.